¿Qué es Ayurveda?
Ayurveda es una ciencia naturalista milenaria que nos enseña a vivir en armonía y equilibrio con nosotros mismos y con el exterior para alcanzar un buen estado de salud y bienestar físico, mental y espiritual.
Es una ciencia médica y es también una filosofía basada en el “Samkhya” de la creación (Sat= verdad y Khya= conocimiento). Esta filosofía se basa en el autoconocimiento, el respeto a las leyes de la naturaleza, la conexión con el YO y la conciencia.
El hombre es el todo representado por CUERPO-MENTE Y ESPÍRITU. El Ayurveda se enfoca en cuidar y reforzar el cuerpo para dar armonía a la mente y al espíritu. La técnica más conocida e importante que usamos en Ayurveda, es el masaje: existen innumerables tratamientos ayurvédicos que ayudan a aliviar dolores, molestias y dolencias, llevando a la persona hacia un estado de profundo bienestar.
Pero eso no es todo…
Praticar Ayurveda implica un estilo de vida, un trabajo de la mente y también del espíritu a través de la meditación, la alimentación, el ejercicio físico, ejercicios de respiración y conexión oral entre todos los sentidos, emociones y pensamientos.
La rutina ayurvédica promueve un cambio gradual en el estilo de vida. Te permite desarrollar una vida más sana y consciente experimentando beneficios a través de cada práctica, escuchando tu cuerpo, conociendo su lenguaje, sintiendo y experimentando las diferentes emociones, sensaciones y pensamientos que vibran dentro de nosotros; todo esto es parte del autoconocimiento y la autocuración.
Es importante entender que los seres humanos estamos hechos de energía. Dentro del cuerpo humano hay un flujo continuo de energía en movimiento que circula por los canales (NADI para Ayurveda y MERIDIANOS para medicina china); estos canales a veces se obstruyen o bloquean creando perturbaciones físicas o emocionales y causando desequilibrios en el cuerpo.
La práctica más habitual en estos casos es neutralizar el síntoma con un analgésico sin buscar la causa, y ahí empiezan los verdaderos problemas.
Ayurveda enseña que el principio cardinal de la salud es el equilibrio: si hay un desequilibrio no hay salud y por lo tanto hay una enfermedad a la puerta. Alcanzar un estado de salud y bienestar observando sólo un aspecto del hombre es simplemente imposible, hay que enfocarse en todos los aspectos y considerarlos como un todo.
Comprender quiénes somos, cuál es nuestra constitución y cómo funciona nuestro cuerpo y nuestra mente es la base para iniciar este camino de bienestar.